enero 24, 2005

Reincidir en la repetición

Las cosas que se hacen una y otra vez no son tan aburridas, siempre y cuando se tenga la emoción y la gana de hacerlas bien desde un principio –como lo mandan los cánones del buen güevón.- El placer de un trabajo terminado y bien realizado puede semejarse a la felicidad por lo efímero, y por la intensidad del placer mismo.
Ese bien hacer las cosas que te distrae del mundo, y no te deja mirar hacia otros lados, que te hace respirar aires con mas aroma, te hace mirar moros sin tranchetes y caminar por donde los demás sin tropezar.
Supongo que cuando esas situaciones son repetidas es por mera coincidencia, yo soy un desocupado en la mayoría de los rubros que se nos puedan ocurrir, por esta condición recomiendo buscar esas casualidades.

Mil veces virgen
eso es lo que eres,
eso es lo que grita
la lagrima que resbala
por tu mejilla.
¡Ah! la cima.
Continúa resbalándote
por mis manos,
Nos baña el sepulcro del silencio.
Ven, consume dos minutos
de cáncer en un beso compartido.
Ahora si, sonríe de nuevo
para que supure la herida.
Desvístete y durmamos,
duerme en tu solo sueño;
porque mil veces despertaré
al ave que tienes cautiva
en tu erotismo,
y romperé su jaula
con el mismo amor
con el que me la lleve hoy...
...por segunda vez.

1 comentario:

Paty dijo...

Bueno, es que hay cosas que desde luego vale la pena repetir!...Y de alguna manera, aunque sea lo mismo, nunca ha de ser igual.

Me gustó tu poema.