Y este alcohol
que no me embriaga,
con este sueño que no me vence.
Mi conciencia
que ahora acepta,
a mi costumbre,
que no te olvida.
Quisiera seguir viviendo,
pero esta necia se me niega
ya ni el tiempo quiere volar,
ni la pluma se quiere deslizar.
Nunca pensé que el mundo
jugara también al revez;
mi cabeza te olvida,
y mi corazón redunda.
Debieron ser mis juegos
con aquel conejo –el del reloj-
el que ahora me juega la broma.
Pero no hagas caso,
soy solo un ente
que nada en el papel
para desahogarse.
Y es este papel,
que se burla del papel que yo hago.
Y es esta risa,
que se carcajea de mis labios sin forma
Y esta vida que no me quiere vivir.