junio 30, 2005

Y... justicia para todos.

Los últimos días entraba en discuciones constantes en lo referente a lo justo y lo correcto, pero nunca llegaba a nada satisfactorio con lo referente a la justicia, hasta que me entrevisté con Don Agustín, y me dejó sin ganas de seguir con este tema.
En voz de Don Agustín, el que vivía aqui a dos cuadras y que ahora está en el bote:
"Alguna vez llegué a bofetear a mi mujer por insistir en que un Dios griego la visitaba durante el día, mientras yo trabajaba, y si lo hice no fué por celos o desconfianza, -porque luego luego encontré la forma de tener vigilada la casa- no, si le di su chinga fue por necia, porque insistía en ese güey. Ya despues ni me enojaba, a todo se acostumbra uno, como buen catolico hasta me confesé y le pedí perdón. Yo seguia sin creerle y no daba importancia cuando me hablaba de la Deidad que la cortejaba. Pero ese día si me encanijé; en cuanto ví al pequeño unicornio en el cuartito de los tiliches me arranque a golpearla hasta que murió.
Si ella no hubiera aceptado ese regalo tan comprometedor no tendría que haberla finado en justo castigo por matar mi tan amada fé monoteísta."

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jo puta, subì mi pinche cuento a tu págíná, seá mal pito

Paty dijo...

Mi querido Soloyloco amigote. Ya aparecí después de tantos días y como apenas y nos saludamos en el messenger, pus aquí paso pa' ver lo que has escrito y pa decirte que voy a andar por el rancho la semana que viene, a ver si nos juntamos. Le mando un abrazote y mi pregunta es: ¿Qué comiste el día que escribiste el último post?