febrero 15, 2006

...y la abeja, resignada y triste porque ahora sabía que nunca sería una mariposa, se posó sobre una flor cerca de un pequeño charco. Entonces ocurrió el milagro...
Miró en el reflejo su belleza con las mas hermosas y grandes alas con las que ningún otro ser pudo haber soñado.

6 comentarios:

De Sol y edades acompañadas dijo...

Carambolas soliloquio, de verdad que los charquitos dan cada sorpresa, verse a uno mismo con alas grandas para pintar la vida...caray me sono familiar.

Besillos

Paty dijo...

Mi querido y loco amigo, me da gusto ver que estás bien, escribiendo cosas de lo más contrastante (como siempre) y dándote de "cucharadas" tú mismo, jijiji. Un abrazo.

Anónimo dijo...

esa abeja andaba pacheca o peda, o se la estaba pizando un avisporro (pequeño insecto que surge del apareamiento de una avispa y un abejorro, abundan al sur de la pequeña cataluña)

Anónimo dijo...

Para mí lo admirable es que una abeja, tan perfecta, tan fuerte, tan rápida, tan productiva, tan admirable, tenga interés en convertirse en una inútil, frágil y estúpida mariposa. Tal vez se trata este texto sin sentido en una metáfora de la clase trabajadora y la pequeña burguesía. El obrero sólo se codeará con la oligarquía en sus sueños, en alucionaciones inducidas por sustancias tóxicas, o en reflejos distorsionados como el charco de la abeja pendeja.

Como decir que las líneas aquellas se asomaron al charco y se vieron reflejadas como un cuento breve de calidad literaria.

AZUL dijo...

cuánta ausencia, se le extraña a este par de alas...de este lobo solo y loco tan anhelado...espero que sea porque el vuelo que estas ejerciendo estan dejando muchas letras más para este espacio que te ocupa...

Anónimo dijo...

me cae de madres que no entendi si alicia azul te esta tirando el pedo directo o solo trata de ser condecendiente contigo, y lo que dice el enonimo esta de huevos.