abril 18, 2005

Del club de fanfarrones

El mundo que alcanzo a ver a mi alrededor (creo yo) que sigue tomando su forma, sin que yo pueda adaptarme del todo a lo que sucede, y me sigo peleando por darme tiempo para sentir cada acontecimiento en el punto medio en el que no caiga en la insensibilidad, pero tampoco en el quedarme dormido sin valorar los segundos.
Si alguien conoce un depósito de segundos extra para cada día por favor hágamelo saber. Mientras tanto les dejo uno de los últimos escritos encontrados en una de las cavernas en las que me entretengo explorando:


Que estúpida historia de amor
tiene que sucederse entre un par de fanfarrones,
engreídos e indiferentes seres humanos;
para que tengan la fantasiosa idea
de que su propia felicidad
depende de ellos mismos.

Los miro en panfletos, en series televisivas,
desde la ventana de mi habitación,
y en el viejo portarretratos de mi buró.

Habrá que lavar con sal de grano las revistas,
las banquetas y los cuartos de hotel.
Así, y solo así se acabara con esa
felicidad desacerbada y tantas veces efímera.

Se necesitará una purga en las oficinas de correos,
terminar con las mal habidas tarjetas postales,
llevar a la hoguera tantos libros con poemas sentimentales.
Iniciar una campaña informativa sin tregua
que demuestre que la cabeza es la encargada de los sentimientos;
... y no el corazón.

Se necesitará que estudiosos de la razón comprueben,
y además demuestren que eso del amor son patrañas.
Cuando estén cerca de lograrlo tendrán que encontrarnos
... y después matarnos.

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