febrero 11, 2005

De sol, edad y huecos

Hay un espacio vacío en mi,
de esos,
de los que duelen.

Pregunta por ti los martes,
cuando llueve.
Pide pasar la tarde contigo,
en cama.

No se bien si este lugar en el pecho,
-el que te digo que te extraña-
es aquí afuera donde primero derramabas la cabeza,
y después dormías.
O mas adentro, donde te instalaste a vivir,
y ahora te estas muriendo.

Yo ya no quiero poner el mundo patas pa´ arriba,
ni siquiera buscar un poco de felicidad eterna,
Pero ese lugar donde no estas se inconforma,
porque las cenizas que dejaste,
con lagrimas de allá, y suspiros míos,
germinaron una pena que así, pequeñita en espacio,
no le acomoda mas que tú.

Y yo lo entiendo.

Le dije ya como cinco veces que no sea tonto,
que ya no te piense, que te deje de extrañar,
pero no me escucha.
-A alguien se le olvido ponerle orejas a mi pecho.-

Y es que es muy molesto eso de solo hablar con el,
y solo hablar de ti.

De tanto darle vueltas; a veces ya no se si es nostalgia,
o yo también te empiezo a extrañar.

2 comentarios:

Paty dijo...

" A alguien se le olvidó ponerle orejas a mi pecho"...Vaya manera de describirlo. Estoy tratando de inventarme unas, ¿sabes?

Muy bello, George, gracias. Ya lo copié a mi compu. Un besote y un abrazo.

AZUL dijo...

e insistentemente nos grita la ausencia que duele internamente...mentalmente.... y no podemos hacer nada con esas voces intensas que duelen a cada paso...que droga tan precoz puede resultar ese ser....