Los días siguen pasando,
y yo,
encuentro tu aroma cerca del buró,
precisamente del lado de la cama en que te gusta dormir,
la espera no es agonizante,
porque tiene un término
o por lo menos un fin.
Tú.
Y tú,
tu navegas por mares lejanos,
sin permisos,
sin excusas,
robando los sueños de naves que van bogando a cualquier mar.
Pero eso no será por siempre,
tu viaje tiene un fin.
Yo.
El que te extraña.
coloreando con tu sonrisa la sombra que dibujaste
en ese sillón que tantas quemaduras dejó y recibió.
Mientras yo te extraño
tu me llamas,
mientras asaltas a los náufragos
entrego mi alma al mar.
Algún marino habrá de querer llevarla,
hasta que lo despojes,
y desde la bolsa de tu blusa te entregue mi mensaje.
Ven a casa.
1 comentario:
Hay veces que nos sobra una almohada. Qué vuelva.
¿Cómo anda usté?
Beso de Tarántula y trilobite.
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