enero 17, 2007

Y vine con ganas de pensar en ti

Y vine con ganas de pensar en ti,
pero tenía que pensar en como hacerlo.
Cuando uno piensa así nada más
corre el riesgo de que los pensamientos sean salados,
o tal vez demasiado empalagosos
cuando no son muy picantes o simplones.

Dejé de pensarlo demasiado y puse un beso al punto,
lo sazoné recorriendo tu forma con la mirada lo aderecé
con mis dedos enredados en tu cabello.

Lo he estado dejando reposar,
sin batirlo demasiado y mirando como esponja.

Terminé batido de pies a cabeza.

Pensaba mantenerlo ahí hasta que pasaras a recogerlo
pero ya no tiene sentido.

Mi pensamiento está listo e indudablemente rumbo a ti.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es lindo saber lo que piensas