Y vine con ganas de pensar en ti,
pero tenía que pensar en como hacerlo.
Cuando uno piensa así nada más
corre el riesgo de que los pensamientos sean salados,
o tal vez demasiado empalagosos
cuando no son muy picantes o simplones.
Dejé de pensarlo demasiado y puse un beso al punto,
lo sazoné recorriendo tu forma con la mirada lo aderecé
con mis dedos enredados en tu cabello.
Lo he estado dejando reposar,
sin batirlo demasiado y mirando como esponja.
Terminé batido de pies a cabeza.
Pensaba mantenerlo ahí hasta que pasaras a recogerlo
pero ya no tiene sentido.
Mi pensamiento está listo e indudablemente rumbo a ti.
1 comentario:
Es lindo saber lo que piensas
Publicar un comentario